Aitor Saraiba escribe y dibuja. No empezó a vivir del arte hasta que no comenzó a regalarlo, principio cabalístico que tuvo claro desde niño. Cree en la magia más que en el arte, pero en nuestro siglo están mejor vistos los artistas que los magos, así que esa es la única razón por la que se hizo artista. Si no, sin duda hubiera sido mago, curandero o chamán.
Sus creaciones y exposiciones le han llevado alrededor de todo el mundo, de Portugal a Los Ángeles, pasando por Italia, Reino Unido, Tokio, el continente africano y tantas ciudades de España.
Fotografía: Aitor Saraiba web
Antes de dar comienzo a la entrevista me gustaría conocer acerca de tus inicios, ¿desde siempre supiste que querrías dedicarte al arte, o, por el contrario, tenías otras opciones en mente?
No tenía una noción clara de lo que era dedicarse al arte, porque nunca tuve a mi alrededor ninguna referencia. Sólo sabía que desde lo creativo me sentía más cómodo para comunicarme con el mundo, había un lenguaje, que no era el de las palabras, si no el de los colores, formas y líneas, en el que yo podía expresar mejor lo que mi alma sentía, eso lo sentí desde muy pequeño, a los 3 años ya tenía las paredes de la casa de mi madre llenas de papeles con dibujos que hacía.
¿Qué fue lo que te inspiró para trabajar de ello?
No sé si fue una inspiración o seguir mi brújula interior lo que me hizo poner toda mi energía en el arte, sabía que desde ahí era desde el único lugar que yo podría aportar algo al mundo, por muy pequeño e insignificante que fuera.
¿Qué consideras que es lo más difícil de tu trabajo?
Lo más difícil de mi trabajo, es que tengo que buscar trabajo todos los meses, jejeje. Nada es estable, cada mes es una aventura en la que nunca sabes que sucederá, llevo en esta aventura 11 años, desde que tenía 25, y déjame decirte, que ha sido maravilloso, duro, a veces terrible, pero maravilloso.
¿Y de lo que más disfrutas?
Yo de lo que más disfruto es de las personas que se acercan a mi trabajo, sin ellas, no habría nada.
Has expuesto en países como Los Ángeles, Reino unido o Tokio, ¿cómo es la experiencia de viajar junto a tus creaciones? ¿Qué experiencia destacarías?
Viajar por mi trabajo ha sido y sigue siendo una experiencia preciosa, recuerdo cuando hice los murales para el Consulado de España en Los Ángeles o mi última exposición en Tokio, que fueron días en los que me sentí muy feliz, nunca olvido del lugar de donde vengo, que créeme es muy diferente a los sitios a los que me ha llevado mi trabajo.
¿Qué estudios o formación llevaste a cabo antes de empezar a dedicarte al arte?
Antes de dedicarme al arte estudié bachillerato artístico y me licencié en Bellas Artes, aún hoy sigo estudiando y ahora estoy haciendo mi tesis Doctoral, lo hago por hobby, considero que si te dedicas a generar cultura nunca puedes dejar de estudiar.
¿En qué momento consideras que realmente alcanzaste la popularidad?
La popularidad nunca me ha preocupado, no creo haberla alcanzado aún, ¿qué es la popularidad al fin y al cabo? A mí lo único que me preocupa es poder seguir viviendo de mi obra y seguir aportando al público algo que le pueda interesar, aunque sea una pizca.
¿Consideras alguna de tus obras como más relevante?
Posiblemente mi acción de “Dibujos Curativos”, en la que una persona venía, me contaba un sueño, un deseo, algo que quisiera cumplir y yo le hacía un dibujo para que lo consiguiera y se lo regalaba, puede que sea de las más relevantes.
También mi primer libro, creo, “El hijo del Legionario” lo publiqué hace ya años y cada semana recibo un mail de alguien hablándome de él.
¿Qué te inspira a la hora de crear?
A mí me inspira la cotidianidad, está llena de peculiaridades.
Dibujos Curativos
Fotografía: Aitor Saraiba web
De todos los palos que tocas, ¿sabrías elegir entre escribir, dibujar, hacer cerámica o coser?
Yo de quedarme con algo, me quedaría con la gente.
¿Qué empezaste a hacer primero?
Sin duda lo primero que empecé a hacer fue a dibujar, nunca fui un niño que dibujara bien, ni que destacara en dibujo, ni fui a clases de dibujo, yo dibujaba porque sabía que si lo hacía, me estaba comunicando con mundos superiores.
¿Qué le dirías a tu yo de hace unos años, cuando desconocías hasta dónde llegarías?
Que nada es tan grave y que la vida no es una fiesta.
Muchas de tus ilustraciones van acompañadas de una frase, ¿qué haces primero? ¿escribir la frase o dibujar la ilustración?
Hay cosas que solo sé dibujar y otras que solo sé escribir, por eso las juntos. No hay una primero de la otra, van siempre de la mano.
¿Qué haces cuando te falta inspiración?
Para mi la inspiración es una forma de vida, y no sé lo que es vivir sin inspiración, siempre hay alguna idea nueva, una palabra que escuchas por la calle, un pajarillo volando que se te queda mirando, un olor que te recuerda épocas que no recordabas….
Dibujo: Aitor Saraiba
¿Alguna pista sobre futuros proyectos?
Ahora mismo tengo varios proyectos entre manos, mi libro nuevo, que es un proyecto en colaboración con el Museo Thyssen, una escultura enorme que estoy preparando para una fuente que me han encargado…
¿Te gustaría innovar en otros proyectos diferentes a los que has realizado o solamente te gustaría seguir haciendo lo que haces ahora?
Hasta ahora hice foto, cerámicas, una obra de teatro, vídeo, libros, poemarios, novelas gráficas, lienzos, tapices, telares, esculturas, dibujo… así que sí, ojalá pueda seguir así, haciendo lo que hago ahora, que es lo que me da la gana todo el tiempo.
Por último, ¿qué le dirías a esa persona que sueña con conseguir algo en su vida, pero no se lanza por miedo?
Que el miedo nunca sea su guía, el miedo no sirve para nada, solo nos anula. Que no busque referencias en Pinterest, Instagram ni en internet… que escuche el silencio y que escuche a su instinto, que le dará respuestas que nadie más puede darle.
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